CRÓNICA DEL ENCUENTRO
DE TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA
Nos
Encontramos en la Biblioteca de la Escuela de Educación Secundaria N° 4
“Leonardo Da Vinci”, como todos los miércoles, dentro del espacio propuesto por
el Plan Mejora. Vamos a compartir dos horas reloj. El grupo es reducido. Por
diversos motivos sólo asistieron dos alumnos al taller.
Rodeados
de libros y el murmullo constante de aquellos que concurren a este lugar en
busca de material, consejos, sugerencias y compañía; compartimos, durante los
primeros 20 minutos, la mesa de trabajo con otro profesor del área de inglés
que da clases de apoyo.
Cada
encuentro propone el trabajo con formas distintas de escritura a partir de la
lectura de textos seleccionados. En este, partimos de la lectura de los
decálogos: Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga, El
decálogo más uno de Juan Carlos Onetti, Decálogo del escritor de
Augusto Monterroso. Luego de la lectura individual y en voz baja, reflexionamos
sobre algunos aspectos de los textos: ¿qué tema desarrolla?, ¿quién es el
emisor y quiénes son los receptores?, ¿cuál es el propósito de este texto?,
¿cómo está organizado?, ¿el texto explica, argumenta o da una instrucción?,
¿cuáles son las características de este tipo de texto (persona a la que se
dirige, modo verbal, tiempo verbal, uso de la ironía, etc.? Previamente se les
indicó por escrito que observaran estos aspectos y que tomaran nota de ellos.
No toman nota pero el análisis oral da cuenta de la observación sobre lo propuesto.
También se suma la valoración subjetiva de cada uno respecto de lo leído. Surge
la duda sobre el tipo de secuencia. Uno opinaba que explicaba y el otro que
daba instrucciones. Charlamos sobre las particularidades de cada secuencia,
incluida la argumentativa. Volvimos a leer para decidir cuál era la secuencia
predominante: si se parecía más a una clase teórica, a una página de un libro
de Biología, o a una receta de cocina.
Finalizado
este momento, abrimos paso a la creación. Se escribe la consigna: Creá un decálogo. Podés elegir entre algunas
de estas opciones:
·
Decálogo del mejor compañero
·
Decálogo del peor compañero
·
Decálogo del mejor tallerista
·
Decálogo del peor tallerista
·
Decálogo del mejor profesor
·
Decálogo del peor profesor
Los
alumnos preguntan si pueden escribir un decálogo sobre otros temas. Se les
permite que elijan libremente.
Es
muy interesante el resultado de las producciones: Decálogo del amante y Decálogo
de la vida ya que aquel que da consejos o que establece preceptos se
supone que es un entendido en la materia y que tiene la autoridad suficiente
como para indicar el camino. Queda claro que, en la escritura, jugamos a ser
otro.
Leemos
los decálogos. El primero está completo, mientras que el segundo requiere de un
poco más de tiempo para concluirlo. De todos modos, abordamos aquellos aspectos
antes analizados en los decálogos que leímos para ver en qué medida fueron
respetados o no, cuál es la persona a la que se dirigen, si se puede
identificar cuál es el receptor ideal, etc.
Decálogo del amante
El beso (1908) de Gustav Klimt |
I
No te enamores de un nombre
solamente. Enamórate de todo lo que ese nombre abarca.
II
No quieras defectos o
virtudes. Un defecto puede desaparecer y una virtud cambiar.
III
Comparte tu calor. No
busques que te den calidez ni darla toda vos.
IV
Aprende a medir la distancia
y el tiempo. No es buena la ausencia de una como tampoco así la manifestación
prolongada del otro.
V
No ignores ninguna mirada.
Siempre quieren decir más que lo que las palabras pueden.
VI
Escucha y habla para que te
escuche. La otra persona tiene que contarte y comprenderte.
VII
Aprende que un abrazo es
muchas veces mejor que un beso.
VIII
Confía. Si no confías,
pregunta y aclárate tus dudas.
IX
Deja que “use” tu cuerpo y
que tú puedas “usar” el suyo. Pero siempre cuidándolo y dejándote cuidar.
X
No te confundas ser un
amante con ser el amante.
Gian Rodrigues
5° 1° Economía
Taller de lectura y escritura
E.E.S. N° 4 "Leonardo Da Vinci"
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